No esperaba que escribir las conclusiones finales se me hiciese tan dificil. Aún no tengo muy claro lo que pienso de Seattle ni lo que pienso de los USA. Además, volver a la realidad de mi trabajo, mi casa, mi pareja, mi familia, etc. tampoco me ha ayudado a ser realista con lo que me parece la ciudad que tan amablemente me ha acogido durante una semana.
Allí, durante esa semana de descubrimiento, he estado relajada, haciendo lo que más me gusta hacer en el mundo: viajar, descubrir, conocer gente y tener experiencias de toda y cada una de las cosas que pasaron a mi alrededor.
Pero la cruda realidad es que Seattle es una ciudad que se mueve rápido, que no para, donde la gente trabaja mucho para grandes multinacionales y ganan mucho dinero. Y también hay personas que trabajan mucho por muy poco y que no pueden vivir en ella por el alto coste de la vida.
No lo toméis a mal pero yo soy una persona tranquila que intenta hacer siempre su trabajo de una forma tranquila y relajda. Aquí voy andando por la calle pausadamente y en Seattle la gente me empujaba por la calle.
La ciudad me ha parecido muy acogedora. La gente, en general, es muy agradable y está dispuesta a ayudar. Una ciudad cómoda para vivir con las cosas cerca (aunque tener coche es casi una obligación). Un lugar lleno de actividades y donde la gente no para. Pero lo que más me gusta es todo lo que encuentras alrededor de la ciudad. Está todo repleto de zonas verdes, de parques naturales, de volcanes, de lugares donde hacer deportes de aventura... Además, la ciudad está llena de sitios super bonitos y románticos.
En resumen, no me importaría vivir en Seattle durante un tiempo, trabajando para una de estas empresas. A ser posible, trabajar allí de primavera a otoño ya que en invierno hace mucho frio. Tambien adoraría tener un poco de sol y menos lluvia. Pero para eso tendría una casita al otro lado del monte Olimpyc, cerca de los viñedos y donde brilla el sol, para pasar los días libres y tener temperaturas más agradables.
Me he traído conmigo muchos imanes de nevera porque tengo muchas peticiones. Y también me traigo, almenos, a tres personas que he conocido durante el viaje, con las que una semana después aún tengo contacto.
Entonces, aunque el modelo de vida “tipo” americano no sea mi favorito no me importaría pasar una temporada en Seattle o en algún otro lugar de USA para ser realmente capaz de entender su modo de vida.
Quiero dar las gracias al Banco Sabadell por haberme dado la oportunidad de viajar y descubrir una ciudad genial y un país lleno de contrastes y diferencias.